Reproducimos a continuación la reseña
aparecida en
http://www.cuatrogatos.org/show.php?item=515#.Ubs5alfhuAo.facebook. Agradecemos
a la Fundación Cuatrogatos y al autor del reseña Antonio Orlando Rodríguez.
Ojo avizor
Los sueños del
agua
Los sueños del
agua
María del Carmen
Colombo, Ilustraciones de Cristian Turdera
Buenos Aires,
2010. Pequeño Editor ISBN: 978-987-1374-13-7
El agua, su
frescura, sus reflejos, sus ondas, su misterio. Representación por excelencia
de la vida, femenina y fecundante, el agua es un símbolo abierto a las más
disímiles interpretaciones. Para los taoístas, está asociada con la
inteligencia y el conocimiento; para los cristianos, con el renacimiento y la
pureza. No es de extrañar, entonces, que este elemento continúe atrayendo a los
poetas, quienes lo recrean desde perspectivas y sensibilidades contemporáneas y
en sus diversas manifestaciones: desde un océano hasta un simple charquito.
Este último es el caso de Los sueños del agua, hermoso texto de María del
Carmen Colombo (Buenos Aires, 1950) que el sello Pequeño Editor editó con
formato de álbum, acompañado por exquisitas ilustraciones de Cristian Turdera
(Buenos Aires, 1973). Las imágenes no solo acompañan a las versos,
escoltándolos, amplificando a veces sorpresivamente sus resonancias, sino que
en tres estaciones, a lo largo del recorrido poético, adquieren independencia y
voz propia, sin traicionar la coherencia del discurso lírico. "En los
charcos, / el agua duerme. // ¡Silencio, / no la despierten!: / está cansada /
de correr", advierte Colombo con su verso minimalista, sin adornos
superfluos, pero lleno de sugerencias y asociaciones. "Los chicos / se
acercan / para ver / en el cristal / de un charco / los sueños del agua".
Y no solo los chicos deben acercarse a las páginas de esta obra, sino también
los grandes. Los sueños del agua pone al alcance de unos y de otros un paisaje
minúsculo donde "como peces de espuma / unas nubes muy blancas / navegan
lentamente / en el cristal del agua". Poesía íntima, sin estridencias, que
invita al recogimiento y al disfrute de los pequeños milagros de la naturaleza.
Una delicia, no puede pasarse por alto.
Antonio Orlando
Rodríguez
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